"En la esencia de todo lo que existe subyace el arte" Ciruelo
"Mantén sucia la estrofa. Escupe dentro" Ángel González

26 de junio de 2010

Érase una vez un día extraño...

Cuando Bruce Lee apareció en mi ducha armado con una zapatilla y dispuesto a aniquilarme comprendí que había sido un día extraño. Los biólogos eran seres inmersos en peceras de alcohol y luchas de banderas, con cómplices de mirada ardiente y claras intenciones. Más tarde, y tan solo tras mucho insistir, conseguimos que el pollo gigante se bajara de la rama con su coche tuneado al estilo gusano en la boca, y bailando el baile de las vacas locas conoció al heavy narcopsicótico hijo del todo poderoso Chuck Norris, que con machete en mano (Y la máscara de Jason oculta en la mochila) drogó de imágenes sádicas y virulentas la mente de las dos inocentes florecillas negras que nacían en el boscoso acantilado junto al mar, contemplando los rojos deseados del atardecer, ansiando una tierra lejana, a más de un mar de distancia, tierra de nuevas cosechas y pieles bronceadas que cultivan el fruto divino que llegó con forma rectangular y un amarillento color patata. Los perros son nazis. Y los zombie. Y entre secretos ocultos de amantes focos (véase el macho de la foca) y mascotas elefantiles llamadas pingüino apareció la pregunta jocosa: "¿Te gustan los hombres?" y la afirmación rotunda que causó el tambaleo de cuantos cimientos quedaban en pie, "vendrás a mi casa". Como perros y abuelos. Yo no puedo tocarle el culo a ninguna mujer, y no creas, que aunque esté ligando con ambas, no quiero féminas porque he abandonado una separación dolorosa, despues de todo, "¿tu novio te quiere?" . Los caminos de la vida son inescrutables, escurridizos, y serpentean entre la duda de la confianza y el sentido común, y traen con ellos cientos de nuevas vidas y personajes: un oso con prisas. Nunca se sabe. Mientras la parada del bus se iba quedando lejana y los nuevos personajes cada vez asustaban más con sus continuas insistencias de acoplarse en casas ajenas o arrastrarte a las profundidades de un puente (la cuarta casa) las ganas de una separación aumentaban, que llegó volando, una exhalación acompañada por un abrazo interminable y una carrera desenfrenada. Y mientras las flores huían hacía el perro nazi (que en el futuro próximo cagará sobre la bandera española) y trataban de buscar la solución a la inminente paliza de Bruce Lee por haberse torcido un tobillo, el reloj dio las diez, y el día extraño se disolvió lentamente, un recuerdo olvidado, cuando entré de nuevo al bus (esta vez sí) libre de psicóticos.

Dedicado a Lara

4 comentarios:

  1. ¡DIOS! ¡¡¡¡es PERFECTO!!!! joooder, simplemente me encanta!!! ^^ Te diría que quiero otro día raro, pero mentiría. Prefiero el día de comer a toneladas o el día del palo. La niebla tiene la culpa. ¿No molaría hacer una peli?
    ~Lara OwX~ Me siento importante.

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  2. Jajjajaja ¡Lara! ¡has tenido una idea magnificaa!! ¿porque no hacemos un corto de esto??

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  3. Vaya narrativa tan demencial. Es estupendo. Sé que hace un tiempo que lo publicaste, pero nunca es tarde para felicitar un trabajo bien hecho. Escribirlo todo junto sin separar en párrafos le da un aire más enfermizo aún.

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  4. ¡Te intentaré leer más a menudo!

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