"En la esencia de todo lo que existe subyace el arte" Ciruelo
"Mantén sucia la estrofa. Escupe dentro" Ángel González

6 de noviembre de 2010

Amor


El suave manto de la luz lunar me arropa con caricias cuando, perdida, alzo la vista al cielo, languideciendo, muriendo, por no poder acariciar su suave piel perlada, los besos nocturnos de cal y arena que descienden del cielo con plumas blancas, suaves, cálidas, dulces, una lluvia de plata que la luna envía como su manto de protección. Las perladas lágrimas de su llanto inexplicable ante la noche profunda, dormida, plagada de estrellas que son diminutas sonrisas, colocadas en las nubes para jugar al tres en raya, diminutas sonrisas que forman un caminillo, unas escaleras hasta el cielo, para guiar a los caminantes, a los solitarios, a los perdidos, a los bohemios...
Quería alargar la mano, tocar el cielo con un dedo y sentir su tacto etéreo suave y esponjoso, como la nata montada, sentir a través de los poros el regustillo a azúcar que siempre se pierde y que va a parar a las nubes, a sus cuerpos polvorientos de sueños infantiles, de deseos pasionales.
Sé que podría llegar allí arriba y tumbarme en la mullida estepa de sueños celestes, abrazada a la luna con ternura, con el cariño de una madre hacia su hijo, con la represión sexual de un amante confidente, de una rosa espinada que, decrépita, muere lentamente, azotada por la blanquecina mano del tiempo; el frío invernal cubrió su carmín ensangrentado hasta que las venas se secaron y el verde se volvió pálido, seco y manchado, abultadas deformaciones que perfilan su sutil tersura crecieron y aumentaron llevándose con ellas la belleza, los recuerdos de lo que fue llamado amor, amor, amor.... que duele, que arrasa, que me destruye con su luz.
Me deslumbró con su esplendor, y una vez que estuve totalmente ciega me abandonó a los confines de la suerte, del destino, de la irremediable tragedia que arrastro entre mis años, mis lagos de lágrimas, mis pañuelos lanzados al agua, hacia un mar invernal y congelado, donde quise verlos volar hacia "le liberté", mi añorada y querida libertad, mi cruz andante, mi yugo.

4 de noviembre de 2010

Vengo a recoger los restos de inmundicia que dejó mi alma tras de sí cuando se desprendió de sus sueños. Soy un cuerpo inerte, vivo pero frío, atrapada sin ilusiones que hagan palpitar mi pecho, bombear mi corazón con energía renovada e ilusiones ingenuas.

Condenación


Condeno mi alma,
y mi cuerpo,
y mi recuerdo,
al fuego eterno
que alberga tu pecho.

Me consumiré en un abrazo rápido
cuando nada quede
más allá
de las puertas
que tu me enseñas.

Seré solitaria y dormida,
sombra de tu sombra,
muerta o viva,
allí donde quieras
del modo que prefieras.

Más,
por más que me esclavices
a tu pecho y a tus besos,
no condeno mis poemas
que son libres como aves
que naufragan con el viento.

Es como susurrar,

yo te protejo,

yo te cuido,

yo te quiero.

Rastros...



Beber del alma del sediento,
de las legañas repegadas
que dejaron atras los sueños.
Murieron entre llantos,
los buscones maniacos
que amanecían entre tus sábanas
de lino y felpa, gastadas,
por el uso de miles de cuerpos
sudorosos y malolientes,
entre las llamaradas de pasión
que desprenden tus sobacos.
C'est la fin, mon ami.
*Fotografía de Alex Wen

Felicidades

Haciendo un pequeño alto en el hilo que está cogiendo este blog, explayarme en mis desvaríos y paranoias mentales, en ocasiones más poéticas que en otras, en algunas quizá más neuróticas de lo que un médico llamaría saludable, quiero dedicarle esta entrada a alguien especial que hoy ha dado un gran paso en su vida personal.

Un mentor, un maestro y un amigo que me enseñó a apreciar la literatura, la música, el cine y cualquier arte en general. Me hizo ver el mundo con otros ojos, con los que cualquier cosa banal y cotidiana, el más mínimo pensamiento o sentimiento puede convertirse en el poema más bello nunca escrito.

A él, que me dio ánimos para seguir escribiendo cuando a mi ya casi no me quedaban; a él, que me enseñó cientos de formas nuevas; a él, que nunca cesa de darme nuevas ideas, inspiración, y motivos por los que admirarle,

LE DESEO LO MEJOR
Hubo una ocasión en la que me dijiste, "si el sol dudase un momento, se apagaría... William Blake" mi sol ya no duda, espero que el tuyo no lo haga nunca.

En tu honor va "Poetas del Abismo" ;)


"Invenciones verbales tendrán el poder de cambiar el mundo"
Rimbaud