"En la esencia de todo lo que existe subyace el arte" Ciruelo
"Mantén sucia la estrofa. Escupe dentro" Ángel González

30 de junio de 2010

Sueños


El cielo es verde. De un verde esmeralda que muestra la cuna de de los cientos de sueños y deseos que se ocultan tras sus nubes blancas y níveas.
Entre el rojo ardiente de un atardecer suculento; lento y dulce, y el azul intenso que brizna el cielo cuando la noche aún no es noche, pero el día ya no es día, más lejos, está la única estrella que da vida al firmamento, entonando el cántico de hadas que revive a cuanta flor tengo en mi jardín. Flores de elegantes vestidos e inocentes perlas bañadas en rocío que despiertan aletargadas ante la llamada de mi estrella lejana, que alzan sus rostros hojados hacia el silencio de la noche venidera que culmina en sueño sagrado. Y la canción entonada se alza y aumenta con el eco del firmamento, que lentamente se va levantando, como un coloso, y trae a la tierra la presencia de más estrellas que seguirán cantando junto con la mía, toda la noche, toda la eternidad dormida, invocando a Morfeo y a sus besos de viento y romance, que surcan los cielos, que vuelan por las camas, que se esconden en las briznas de hierba y en los ribeteados recovecos de las telas albinas que decoran los vestido margarita. Entre el follaje de la negra espesura y la luz anaranjada que mantiene el ocaso en la lejanía, en la burbuja de luz que son las ciudades lejanas, que ocultan mis sueños y la luz ribeteada de nácar que nunca abandona las alturas.
Y es en mi soledad que contemplo la belleza de mi mundo, de mi jardín pequeño y poblado de duendes y hadas, de vida oculta y forajida, de besos austeros a escondidas, de palabras sin sentido al aire y promesas perdidas, de dragones en miniatura y lagos de lágrimas nunca derramadas. Es en mi soledad que contemplo la flor más bella que habita entre mis tierras, que preside mis llanuras desde su alta colina, donde las calumnias de las otras flores envidiosas no llegan. Es en mi soledad que te contemplo a ti, dormida y lejana, perdida en el laberinto de tus sueños, en los que a veces me cuelo, para susurrarte que eres la mas bella de todas, para embeberme en tu silencio y soñar, que aún te tengo.

1 comentario:

  1. Chica, ¡cuánta belleza literaria concentrada en tan poco espacio! Al ver tu nombre he recordado un libro que leí hace poco y puede que te guste: "Gafas de sol para días de lluvia". Uno de los personajes se llama Lina... Y creo que se parece a tí, o tú a ella :).

    Saludos,
    Sara.

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