Mordisco suave, lento y afligido en tus manitas de vello raso, de sol verano, de agua y sal. El sangrado de tus labios recorre en lentitud el pasillo de desgarradoras pasiones de un rojo que vive y late con frenesí caliente, ante la cercanía de un roce furtivo, salvaje, de carne contra carne, de rosadas piernecillas entreabiertas en los labios ,con el destello de lagunas verdes, que aullan, que titilan con el destello aún blanco del sediento. La persecución es austera y sacudida, y no huye pero si persigue, porque el roce de las sábanas lo lleva a otros lugares, navegando entre las olas de los pliegues manteados de frescas rosas recién cortadas y gotillas perladas que saludan desde sus no barcas. Flamígeros rastros que dejan tras de sí las cenizas de una pasión de caricias consumidas y el esqueleto pútrido de un colchón repudiado, compañero de aventuras, enemigo en el olvido.
A pesar de escribir aún tengo ansias de sangre entintada, videos y reproducciones de imágenes inexistentes ascienden por mis tripas y explotan en mi cabeza. Son ideas que me ahogan y me atrapan en un remolino de negrura furioso, delirante, enloquecido, rabioso, imprudente, atolondrado, sangriento, que mueven mis dedos a velocidad inexplorada. Son puro Canivalismo por la lectura.
"En la esencia de todo lo que existe subyace el arte" Ciruelo
"Mantén sucia la estrofa. Escupe dentro" Ángel González
29 de junio de 2010
Consumido
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