"En la esencia de todo lo que existe subyace el arte" Ciruelo
"Mantén sucia la estrofa. Escupe dentro" Ángel González

27 de diciembre de 2011

Adiós, América...

Reposa tranquila mientras sus luces despiertan y palpitan, despidiéndose orgullosas. La tierra tiembla bajo mis pies como si tratara de mostrarme su grandeza una vez más, como si se propusiera retenerme hasta que esa terrible admiración y miedo ante lo titánico se quedase para siempre impregnada en mi paladar con un rasgado malsabor ferroso que estrangula poco a poco, removiendo recuerdos que se clavan con cada sonrisa que ha habido.

Y mientras la velocidad aumenta, las tripas se revuelven, caen hacia la gravedad de mi ombligo compungidas, descienden como si estuvieran ancladas a este suelo terracota y se desprendieran de mi cuerpo para quedarse, quedarse donde yo no puedo quedarme. Quedarse con todos los buenos momentos que se precipitan ahora en cascada por mis párpados.

El ruido es tan atronador que me atemoriza, me siento encerrada en mi propia mente, caótica y perdida, donde renacen voces que gritan, que susurran y que lloran sin parar mientras sonríen confusas.

La velocidad aumenta y llegará el momento en que mi cuerpo ya no pertenezca a este lado del mundo. Me levantaré como un gigante entre la corriente, porque ya no piso el suelo de la libertad, porque vuelvo a las cadenas diarias de una rutina hambrienta. Las luces doradas brillan ahora con más intensidad, y en la lejanía se van multiplicando, se reproducen para decirme adiós con una última gran muestra de poder y de grandeza mientras todo parece un sueño, que poco a poco se olvida mientras el amanecer llega al otro lado del mundo, pero más tarde, porque todo lo que hay ahora es oscuridad, un craqueen negro y terrorífico que engulle toda la ciudad a su paso: las luces, los ríos, los puentes… Y mientras todo desaparece lo único que puedes hacer es mirar impotente como se olvida, se pierde, mientras los tentáculos negro mate se apoderan de todo.

Y lo peor, es que me parece bello. Caigo en el sueño presa de la locura que me causa el asombro, todo se aleja, y sin embargo algo ha cambiado, yo. Porque aún puedo sentir su fuerza, su poder, su patria interminable y su orgullo de nación.


1 comentario:

  1. Solo me vienen a la cabeza recuerdos, y yo, personalmente, con mi estilo ñoño, no puedo olvidar que más cerca de todas esas luces que se alejaban, todo ese ruido atronador, y ese malestar en el estómago y nostalgia de algo que acabábamos de dejar atrás, estaba a mi lado una amiga, a la que le decía mirándole a los ojos llenos de lágrimas de emoción, que volveríamos.

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