En el amasijo de hierro donde tus costuras se juntan con las mías aparecerá la furia del que fue titán naufragado de los sentidos.
Un baño de sangre armonioso, catastrófico, expectante. Y mientras el humo se arremolina en mi cabeza como zeppelins de nitrato, mis uñitas juguetonas huyen guiando mi pie hacia tu pierna, de caricia sosegada y furiosa, ahogada del líquido que surca mi pecho y explota con fuegos por todo mi cuerpo a la velocidad de la adrenalina en un orgasmo.
¿Un gemido o un grito? La muerte se encuentra sola.
El beso ha sido frio.
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