porque allí soy inalcanzable,
intocable, reina de mi propio mundo.
A pesar de escribir aún tengo ansias de sangre entintada, videos y reproducciones de imágenes inexistentes ascienden por mis tripas y explotan en mi cabeza. Son ideas que me ahogan y me atrapan en un remolino de negrura furioso, delirante, enloquecido, rabioso, imprudente, atolondrado, sangriento, que mueven mis dedos a velocidad inexplorada. Son puro Canivalismo por la lectura.
"En la esencia de todo lo que existe subyace el arte" Ciruelo
"Mantén sucia la estrofa. Escupe dentro" Ángel González

Camino por un espacio carcomido por los restos de humanidad que mi especie ha dejado. Calles desoladas de sentimiento alguno y pobladas de infames deseos de venganza y autodestrucción que se alimentan de sí mismos para ir creciendo, y convertirse en seres palpables ávidos de sangre y tinta.
En el movimiento del viento puedo oir una melodía lastímera y melancólica que me trae sabor a recuerdo. Son tambores de lamentos que agitan sus llantos hacia el cielo y las almas perdidas que vagan de desolación. Una melodía de voces finas y perfiladas que espante a los cuervos de mi negra sombra, pero que no es dulce y penitente, si no que cobija en su interior la furia de unos dioses olvidados y resentidos en óxido, que gritan al odio de los avasallados, buscando clemente destrucción y matanza como purga por la sangre ya derramada. Unos dioses que gurgutan y me atormentan en mi propia imaginación con voces desgarradas y sus propias caras bañadas en el néctar escarlata de vida y muerte. Festines y apogeos de gran guerra, y, ¿Cómo pararlos si ellos mismos mueven mis hilos desde el subsconsciente para que mis piernas anden, y mi cuerpo camine por las calles, devastadas y vacías, gastadas de cuerpos ausentes? ¿Cómo pararlos si son las bestias de mi propio remordimiento, enlatados en botella de vino Bourgogn en un carnaval de realidad disfrazada?

Por los nenúfares, por los llantos perdidos, por la búsqueda de mi tesoro... dividiré en porciones la suavidad de tus manos para esparcerla por mi cuerpo, y que ninguna parte se quede sin tu tacto, que es avena y miel, que calma todas mis heridas, por dentro y por fuera, que rasga todas mis inquietudes, palpitantes por sadismo en la partícula diminuta que configura mi fémur. Porque solo la anatomía interna tiene mi respuesta, respuesta a una pregunta no planteada, respuesta a un mundo inexistente.
Adormilada y serena, en la cúspide de mi torre placentera, de vigas de besos y caricias. Mujer de vida alegre, te contemplo entre mis sábanas, y la imperfección de tu pecho, triste y decaído, de tus caderas mecedoras y tu sonrisa apagada me cautiva, me enamora. Muerdo cada labio que te encuentro pensando en engullir cada uno de tus dientes, en desfigurarte la cara con la furia contenida en la explosión de mi sexo enloquecido, ¡embravecido de deseo! Porque solo yo te amo con la sangre envenenada, porque solo yo lo hago con gritos desgarrados de mudo, con cada pestaña perdida y cada beso de sabor limón. No saques los tacones esta noche, mujer, no busques las tentación entre mis calles, caminas bajo las luces rojas de un alba peatonal nocturno. Porque yo te amo, mi mujer alegre, mientras dormitas en mis mantas.